Hijo de Geraldona, una matriarca respetada, Chiquinho aprendió a cooperar con los pescadores artesanales de red de lanzamiento (tarrafa), una tradición que mantiene viva la conexión entre humanos y delfines. A través de las acciones de monitoreo de nuestro Proyecto Gephyreus, descubrimos que Chiquinho es un verdadero explorador. Se desplaza con frecuencia entre distintas desembocaduras, como la del Río Mampituba (RS), recorriendo cerca de 80 km con cierta regularidad.

Además, Chiquinho enfrenta un desafío que se vuelve cada vez más común entre los delfines de Lahille: la lobomicosis, una enfermedad de la piel que requiere atención constante.

Comprender estos movimientos y la interconexión entre las poblaciones de delfines es esencial para la conservación de la especie. Al adoptar a Chiquinho, estarás apoyando nuestras investigaciones sobre la conectividad y la salud de estos increíbles animales.